La poda de los árboles

La poda es una tarea muy delicada y lo importante es respetar la armonía y el desarrollo del árbol, evitando intervenciones incorrectas y nocivas como los cortes indiscriminados. Debemos hacer desde el primer año para que el crecimiento y la forma sean armoniosos. Las ramas muertas, dañadas o débiles deben ser eliminadas. A la hora de podar, tan importante es hacerlo en el momento adecuado y en la medida correcta, como realizar la técnica adecuada. El corte debe ser limpio, oblicuo, cercano a una yema o un nudo y, en la medida de lo posible, debe realizarse en ramas de diámetro no demasiado grande.

Algunos consejos para podar correctamente los árboles:

• Ramas cruzadas: no podemos dejar ramas que se dirijan hacia el tronco, se entrelazan o se frotan unas con otras. Las eliminaremos dejando sólo aquellas que crezcan formando una “o” en lo que respecta al tronco.

• Raíces: en las raíces de los árboles y arbustos también salen brotes. Estos nuevos brotes son muy perjudiciales para el crecimiento de la planta, ya que absorben sustancias nutritivas, por lo que es necesario eliminarlos. Podemos utilizar un serrucho de mano.

• El corte: para cortar ramas de un diámetro superior a 7,5 cm podemos utilizar una moto de poda. Primero deberemos limpiar todas aquellas ramas que le hayan crecido para así evitar que se atasque durante su caída. Después haremos un corte por la parte inferior de la rama para impedir que se rompa debajo de su propio peso.

• El aserrado: con la motosierra acabaremos el corte por la parte superior. Si la rama es muy pesada, la cortaremos en pedazos de unas medidas manejables.

• Las cicatrices: siempre procuraremos que la cicatriz sea lo más pequeña posible, para evitar riesgos de posibles enfermedades. Por eso, intentaremos cortar las ramas verticales antes que las inclinadas. El corte debe ser limpio, lo que se logra con un buen serrucho de corte japonés o con una moto especial para la poda.